martes, 25 de marzo de 2008

Reflexionemos...

Postrado me encuentro mirando el techo en una fria sala compartida del hospital Salvador, son las 7 de la mañana y un pequeño rayo de sol va directo a mis ojos, en ese momento de seguera temporal, recuerdo aquellos días de juventud en las que no queria lebantarme, porque mi cuerpo se regocijaba con las sabanas y era mucho mas facil quedarme ahi que comenzar el día... odiaba cada vez que sonaba el despertador y tenía que ponerme en pie para ir a estudiar, odiaba sentir ese frio en la espalda y pensar en la cantidad de cosas que tenía que hacer en el día, me fastidiaba la rutina. Durante el día, trataba de hacer las cosas lo mas rapido posible, sin importar si quedaban bien o mal, solo para quedar desocupado y llegar a ver la television y ocuparme de mis asuntos personales, como era salir de compras y comer en los mejores restaurantes, dormir cada vez que quisiera esa era mi filosofia.

Tan ocupado en mi estaba, que comenzé a olvidar a mis amigos, ya no los llamaba y ellos se aburrieron de buscarme, como vivía solo, mi familia me visitaba y yo acostumbrado a mi estilo de vida, me esmeraba para que se fueran luego de mi casa. Estar solo era un deleite, podía hacer lo que quisiera.

Nada tenía sentido, la vertiginosidad de los días que pasaban sin darme cuenta. Otoños largos y sin penumbra positiva, calaban mis huesos enduceridos como roca al igual que mi alma fribola y solitaria. Los años comenzaron a crear ciertas mañas en mi y comenzé a descuidarme; La convivencia se hacia imposible, , mis compañeros empezaron a alejarce, pero no me importaba.

Terminé la Universidad con las mejores calificaciones y al graduarme no habia nadie con quien compartir mi logro, parado en una esquina mirando como festejaban con sus cercanos y su alegria se notaba en los abrazos y en ambiente, fue demaciado para mi... me sentí solo... tomé mi carton, sali de la sala, comenzé a caminar. Caminé durante horas no sentia el paso, no tenía dirección solo avanzaba veia a la gente pero no la notaba, sentia el ruido, pero no escuchaba, de pronto levanto la mirada y un hombre joven delgado y muy deteriorado ponia sus pies sobre la baranda en el puente, presto a saltar cerraba sus ojos como pidiendo perdon.

Corri hacia él y en el momento que inclinaba su cuerpo hacia delante lo jalé de su chaqueta... calló en mis brazos, senti que el mundo caia con él... y comenzó a llorar... ¿Pero qué crees que estas haciendo ? le pregunté, y el me dijo - no quiero seguir viviendo , perdí a mi familia...mi vida no tiene sentido- En ese minuto no sabía que contestarle me encontraba en un dilema y no tenía el valor para apoyarlo ni las bases para poder ayudarlo, eramos dos almas sin saber donde ir, ni que hacer dos entes marginados de la realidad, ocultos en nuestras mentes ignorantes de la magnificencia de la vida... Si yo no hubiese aparecido este hombre estaría hecho polvo, concluí, quizas nada de esto fue por casualidad. Alguien quizo que yo pasara por aca y que me diera cuenta de lo que podía sucederme, de lo que yo tenía y nunca valoré, que el negarlo todo me traeria consecuencias, el tiempo que perdí no lo recuperaré jamas...

Fue entonces que se me ocurrió preguntarle si creia en Dios, y el me contestó -perdí mi fé - esa respuesta caló ondo en mi, ¡¿Que es la Fé?! ¿Es un artefacto, una cosa, un objeto que se puede perder? ¿ Por qué la gente pierde la fé ? yo no sé quien es Dios, mis padres nunca me lo presentaron, mis amigos vivian sus vidas normalmente sin tener fé, para mi no era importante porque no me impedía caminar, comprarme una camisa o simplemente ir al centro por un café, todo era posible... todo el tiempo pensé que estaba en lo correcto. Siempre me faltaba algo y nunca supe qué, comenzaba a imaginar rapidamente cosas materiales para suplir mi necesidad, como mis padres tenían una exelente situación todo lo que pedía era mio, pero la carencia no desaparecia y no lograba ser feliz, entonces miraba a la gente y no comprendía como podían sonreir si en sus casas no tenían nada y su pobresa se hacia presente en sus ropas. No lo entendía a mis 25 años lo tenía todo, pero la amargura alejaba a toda la gente que se acercaba a mi. ¿ es la fé la que cambia a las personas ?


Conversamos un par de horas y logré calmarlo de alguna manera, le ofresí mi ayuda, pero poco y nada podía hacer por él, lo habia perdido todo... Nos despedimos aun sabiendo que al dar 3 pasos el lo haría igual, no importaba donde, ni cuando, ni como, el acabaría con su vida y yo no pude hacer nada...

Comenzé a cuestionarme todo, que es lo que hacía aca, hacia donde iba, quien soy realmente... entonces cerré mis ojos y empeze a hablar dentro de mi... me encontraba solo y más solo que nunca... Dios si estas ahi dale paz a mi corazón... entonces un sentimiento sin igual comenzó a llenar mi pecho... sentí su presencia.

Desde ese día comenzamos a hablar, en cualquier lugar que me encontraba conversaba sin temor, entonces busqué gente que compartiera este sentimiento y me fueron orientando como ser mejor persona y acercarme un poco mas a él, comenzé a asistir a la iglesia y a ordenar mi vida.

Mil cosas pasaron por mi cabeza. Siempre imaginaba que me encontraba a este hombre nuevamente en aquel puente y que con la palabra de Dios lograría calmarlo, ayudarlo como Él lo hace con nosotros. Sé que no esta aquí y me duele no haber tenido las palabras necesarias para presentarle su amor y decirle que no estaba solo.

Han pasado años desde aquel entonces, mi vida cambió rotundamente, dió un giro en 360 grados, supe que los cambios son posibles, supe disfrutar cada rayo de sol por la mañana, supe que la familia es lo mas importante y que los amigos son un pedestal en el cual te puedes apoyar, supe de lo bien que te hace sentir estar con Dios y que estando con él nada te falta y nada has de temer, la vida es mas sencilla de lo que nos parece. Hoy me encuentro postrado en una cama esperando la muerte, tengo cancer, no sé como sucedió ni como llegué a estar en este lugar, yo me sentía bien, bien con el corazón y el espiritu... no tengo miedo. Hoy supe para que vine a la tierra, vine para contarles mi historia, vine para decirles que tengo fé.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que no hay palabras más claras para hacer llegar tu llamado de atención haceia las demas personas.. La fe sera lo que nos salvara ante momentos dificiles.. Porque en medio del dolor nuestra fuerza sera nuestra fe. M.H