jueves, 3 de diciembre de 2009

Amor amado


Nunca me perteneciste,
ni yo a ti tampoco,
pues tu eras de otro
y yo era del viento.

Vuelve la noche ahogar mis llantos,
vuelve en silencio con sus negros mantos,
que cubren los gritos sordos,
de este mal sin cura ni espanto.

Desaparece una vez más de mi vida,
veneno dulce que marcas mi salida.
Déjeme solo como nunca quise,
pues más miedo me da,
que te quiero y que te quise.

Oh gran tragedia humana,
que recordamos tu principio
y sabemos tu final.
Oh sentimiento adverso,
aquí me tienes,
esperando terminar.